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Ante el incremento de personas contagiadas (ciudadanos y profesionales sanitarios) por el coronavirus COVID-19 detectado en Euskadi, más de 300 personas se encuentran en situación de aislamiento, bien en sus propios domicilios o bien en habitaciones de Hospital.
Comprendiendo que se trata de una recomendación ajustada a la situación de crisis sanitaria que estamos viviendo y que responde de manera proporcional a la necesidad de priorizar la seguridad y la salud de la ciudadanía y de los propios profesionales sanitarios, desde el Colegio Oficial de Fisioterapeutas del País Vasco (COFPV) se muestra preocupación por las consecuencias que todo periodo prolongado de “confinamiento” puede acarrear -bien por la indicación de no abandonar la habitación durante el ingreso o bien por el señalamiento de no abandonar el domicilio particular-.
Son muchos los estudios que relacionan los periodos prolongados de falta de movilidad y/o encamamiento con algunos problemas como la rigidez articular, la pérdida de fuerza muscular, problemas respiratorios, problemas circulatorios, estreñimiento, úlceras en la piel, falta de apetito y cambios en el estado mental (depresión, desorientación,...). Por ello, desde el COFPV se trasladan recomendaciones de actividad física terapéutica para que todas estas personas que se encuentran en situación de “limitación de movimiento”, de una manera ajustada a sus posibilidades y acorde a las indicaciones de los profesionales sanitarios, puedan mantenerse lo más activas posibles aun siendo limitado el espacio y los medios a su alcance.
Recomendaciones de actividad física terapéutica
No prolongar, más de lo necesario y habitual la permanencia en cama. Respetar en la medida de lo posible, horas de descanso nocturno y siesta.
Recuerda hidratarte bien y ajustar tu dieta y su contenido calórico (recuerda: menos actividad=menor consumo energético=menor necesidades calóricas)
Trabajar las cuatro capacidades físicas elementales, que son la flexibilidad, la velocidad, la resistencia y la fuerza.
Realizar ejercicios de alcance de movimiento activos de las cuatro extremidades, evitando aquellos que puedan desencadenar dolor y ajustados a su fatigabilidad.
Estando sentados movilizar los pies levantando y bajando las puntas, haciendo círculos o describiendo figuras de letras o números imaginarios en el aire, así como desplazar los brazos en diferentes direcciones y mover y estabilizar el tronco hacia delante y atrás y hacia los lados. Jugar a alcanzar y desplazar objetos, más o menos pesados, en torno a nuestra posición sentada.
Levantarse y sentarse desde una silla quince o veinte veces seguidas para no perder fuerza en las piernas y mejorar condicionamiento.
Si se puede caminar, hacerlo dentro de la habitación o entre los extremos alejados del domicilio durante, al menos, 5 minutos cada hora que el paciente esté levantado.
Si el espacio reducido no permite desplazamientos razonables, una buena alternativa es la “marcha simulada”, caminar en el sitio sin avanzar levantando las rodillas de forma alterna.
Utilizar un pequeño taburete estable, varios libros acumulados o cualquier otro objeto a modo de peldaño para simular el subir y bajar escaleras.
Para mantener el tono muscular en brazos, hacer unas flexiones sobre la pared. De pie frente a una pared, con los pies alejados de la misma, apoyarse en la pared con ambas manos y los codos flexionados y empujar la pared hasta extender los codos.
Mantener este mismo apoyo frente a la pared para subir y bajar ambos talones a la vez con las rodillas estiradas.
La práctica, si se conoce, de Pilates, Gimnasia Abdominal Hipopresiva, Yoga, etc.
Bailar puede aportar bienestar físico y mental: tono muscular, coordinación, equilibrio, mejora de resistencia cardiorrespiratoria entre otros.
Uso de ayudas técnicas y herramientas básicas de ejercicio como cintas elásticas, mancuernas, bicicletas estáticas, cintas de marcha, steps, etc.
En definitiva, el COFPV insiste en que la restricción del movimiento prolongado puede llevar a la discapacidad por pérdida de fuerza o función. La falta de espacio y medios para desarrollar ejercicios en condiciones normales no puede convertirse en un elemento insalvable para evitar estos efectos adversos. Se recomienda, por tanto, mantenerse activo dentro de la habitación o del domicilio para no perder capacidades previas al ingreso.